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sábado, 12 de septiembre de 2015

PEDACITOS DE CLASES DE FLAMENCO

En su versión más estilizada. De momento este aperitivo, pero con ganas de ir grabando más...

https://m.youtube.com/watch?v=RFJpu97t62M

DOS AGRADECIMIENTOS Y UN TIRÓN DE OREJAS

                                     
                       


Las gracias tengo que darselas a Antonio, del Centro Andaluz Séneca, que nos cedió sin pensárselo su salón de actos para la sesión de fotos, y esperó y esperó con paciencia hasta que terminamos. También agradezco a Kahina, directora del centro Arabesco, que nos deje su sala para ensayar siempre que lo necesitamos

Tanto uno como otra (igual que toda la gente y amigos de Vitoria a lo largo de estos años) me lo han puesto fácil. Y eso que en sus puertas y folletos publicitarios no hay frases proclamando que apoyan y promueven la cultura, sea del tamaño y color que sea, en cualquier modalidad, etc, etc... Donde sí las hay es en los sacrosantos dominios del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Y si Antonio y Kahina son en esta historia los nombres propios de los dos locales donde se nos ha dado entrada franca, Julio es el del organismo oficial (como no) que nos la ha negado. Para él, o para el departamento de cultura del ayuntamiento (o para los dos, que se lo repartan como quieran),  es el tirón de orejas. Después de 25 años de solvencia con ellos en todos los aspectos, como directora de mi estudio por un lado y de mi compañía por otro, alquilando teatros del ayuntamiento año tras año, respondiendo  en todo, dando menos trabajo que nadie a los técnicos (porque ahí estaban Marce y José Luis, sin serlo, facilitándoles las cosas) pero pagando como cualquiera....Julio, con el que hemos tratado siempre estos temas, que conoce de sobra mi trayectoria en este sentido, nos negó la posibilidad de hacer las fotos en el salón de actos que más veces ha tenido en su escenario representaciones de mi estudio, motivo por el cual en un principio queríamos hacerlas allí. No pensábamos alargarnos como lo hicimos en el centro andaluz, por lo que pedí tan sólo que nos abrieran la puerta quince minutos. Quince minutos. En un teatro que estaba muerto de risa en verano (como la mayoría de los de Vitoria gran parte del año, para que nos vamos a engañar), vacío y aburrido, y que iba a servir para hacer un pequeño reportaje comienzo de una relación cultural (hablamos de danza) con gente de Madrid y de Vitoria, proyecto interesante, de los que a Vitoria no le sobran, y no me refiero a grandes eventos como el Festival de Jazz, sino a cosas así, hechas por su gente, iniciativa privada. Lo necesitábamos para esa misma tarde, y lo pedí convencida de que la respuesta iba a ser sí. Pero fue no. Julio dijo que había que rellenar papeles, hacer solicitudes....cosas que sé de sobra y que siempre hemos hecho. Pero ahí esta la diferencia entre dirigir y gestionar de un modo flexible, o hacerlo como una máquina. El resultado de mi petición fue el mismo que habría tenido una hecha por una panda de amiguetes que pasaran por la calle y pidieran que les abrieran el teatro por favor. No hay diferencia para un organismo oficial, o para Julio en este caso. Promovamos la cultura, pero sólo si trasciende y a lo grande. Lo demás no interesa. El comportamiento de este departamento es el mismo que el de la mayoría de los oficiales. Un puta mierda. Y como me va a costar lo mismo, cambio el tirón de orejas por una patada en el culo.

viernes, 11 de septiembre de 2015

DESPUÉS DEL VERANO...









                   
  


Dedico esta entrada, como dirían los payasos de la tele, a "mis niñas" de 30 años (o casi), y a esas mamis que han pasado parte de la infancia de sus hijas en la sala de espera de mi estudio

Además de viajes y descanso, este verano me ha regalado un reencuentro. Ha sido con antiguas alumnas de mi escuela. Muchas veces me cruzo con alumnos cuando voy por Vitoria, charlamos y nos alegramos de volver a vernos. No hace mucho incluso me reuní con un grupo para ensayar un poquito, una experiencia que me encantó. Pero éste fue un encuentro especial. Niñas que empezaron conmigo algunas con 3 años y que fueron tomando otro rumbo al llegar a los 13 o 14, aparecen otra vez ante mí con 25, 28, 30...Andrea se encargó de localizarlas, y así pudimos reunirnos una tarde de julio en una cafetería de Vitoria. Es una sensación extraña, eso de dejar a niñas y encontrarte con mujeres. Zuriñe y Jéssica, embarazadas (podría ser que ahora mismo estuviera naciendo Ane, que parece que no tiene gran interés en ello). Andrea, Davinia, Nagore, Leire y Laura, cada una con sus diferentes ocupaciones y todas cambiadas, pero iguales. Una de ellas me dijo algo que me hizo gracia, "es curioso estar así contigo, tú antes eras mayor". Ahora lo soy más aún, está claro, pero entendí lo que quería decir.También nos acordamos  de cuando jugábamos a las tinieblas en las fiestas de navidad del estudio. Los padres siempre fuera, oyendo los gritos de emoción antes de apagarse la luz, el silencio absoluto del momento cumbre de la búsqueda y la cuenta atrás final, tipo despegue de cohete. Y mientras lo recordábamos en esa tarde de charla, una de ellas sugirió "¿Y no podemos volver a jugar a eso? y otras: "¡Ay, sí!"  El caso es que no quisimos dejarlo en un mero encuentro, si no en algo más productivo, así que lo primero que hicimos fue una sesión de fotos. No estuvieron todas las que son, pero las que nos faltan seguro que en Navidad se unen al proyecto. ¿Y cuál es? Bailar alguna cosita, como se pueda, donde se pueda, cada vez que yo vaya algunos días a Vitoria en semana santa, navidad o  verano...Con la dificultad que eso tiene, porque son fechas en que ellas también suelen viajar, pero a pesar de eso, hemos conseguido juntarnos algunos días y preparar la soleá que no tardaré en colgar en mi canal. Dejo aquí fotos de la sesión, y el antes y después de algunas de las chicas. Precisamente el antes lo muestran fotos de otra sesión que les hice, cuando eran niñas. Apenas me acordaba de ello, pues se han hecho bastantes cosas en ese estudio, pero ellas me refrescaron la memoria  cuando, hablando de todo un poco, me dijeron que todas tenían la foto enmarcada y colgada en casa. Qué cosas. Sé que yo dejé huella en ellas, como ellas la dejaron en mí, pues de los muchísimos alumnos que han pasado por mi estudio, ellas, como grupo, han sido uno de los más especiales y que más me ha hecho disfrutar enseñando. Esperamos seguir haciendo cosas a partir de ahora, aunque sea en  momentos perdidos, qué más da. Y seguro que las haremos.